Policiales

Atraparon en Laferrere al ex convicto que quemó a una mujer con una molotov

Ayer, después de una búsqueda que se extendió por una semana, fue localizado y detenido Nicolás Olivera Escalante (32), acusado de quemar con una bomba molotov a una mujer.

El ex convicto acusado de quemar con una bomba molotov a una mujer fue detenido ayer a la tarde en la localidad de Gregorio de Laferrere por personal policial de Mar del Plata que lo había localizado horas atrás.

Se trata de Nicolás Olivera Escalante (32), quien estaba prófugo desde el fin de semana pasada cuando Yésica Castillo sufrió el ataque de su vivienda del barrio Autódromo.

Olivera Escalante fue detenido por la comisaría sexta de Mar del Plata a través de su titular Christian Daniel y de Juan José Rodríguez, jefe del servicio externo de dicha dependencia.

La comisión especialmente enviada por el jefe departamental Carlos Testini regresó anoche a Mar del Plata, donde pondrán a Escalante a disposición del fiscal Alejandro Pellegrinelli, ya que la fiscal del caso Andrea Gómez está de licencia.

Se espera que Olivera Escalante preste declaración hoy mismo ante la fiscalía.

El hecho ocurrió el sábado 7 de mayo a las cinco de la mañana en una casa ubicada en Río de la Plata al 1600. En ese momento, Yésica se encontraba durmiendo con su hijo Yamil (3), una amiga y su hija de 5 años. De repente, sintió el ruido en el techo, se levantó y al llegar a la cocina se encontró con que aquel hombre que había conocido cuando él cumplía una pena en Batán estaba afuera. “Hija de puta, te dije que te iba a quemar”, le dijo. La bomba molotov rompió el vidrió de la ventana y la nafta se incendió sobre su cuerpo. Luego, el agresor escapó.

La bomba le produjo a Castillo quemaduras de tercer grado en las piernas, las manos, el torso y la cara, fue ayudada por vecinos, que dieron aviso a la policía, y trasladada en una ambulancia al Hospital Interzonal General de Agudos.

Castillo había conocido a Olivera Escalante cuando éste cumplía una condena en la cárcel de Batán. Después de intercambiar algunos mensajes de texto, Castillo fue a visitar al preso y se inició una relación informal que poco a poco se iría diluyendo. En especial cuando la mujer, madre de tres pequeños, se enteró que Olivera Escalante había sido condenado por un caso de abuso sexual.

El 13 de febrero último, la Justicia permitió la libertad de Olivera Escalante y Castillo le hizo saber que no quería continuar viéndolo. Esa decisión molestó al ex convicto que comenzó con las amenazas y prometió, incluso, que si lo dejaba la iba a matar. También mencionó que la “quemaría viva”.

Las amenazas se materializaron el último sábado después de que Olivera Escalante se asegurara por medio de una llamada telefónica que la mujer estaba en su casa. Entonces se dirigió hasta allí, la atacó y huyó. Hasta ayer.

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